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Título: Krokodiloa ohe azpian

Escritor: Mariasun Landa Etxebeste

Editorial: Alberdania

Año: 2002

Colección: Ostiral

Edad: 14tik gora


Reseñas:


- Xabier Etxaniz, CLIJ mayo del 2002 J.J., administrativo en una sucursal bancaria, repite todos los actos que realiza diariamente: se levanta, se ducha, se afeita, se viste... y cuando va a coger los zapatos que dejó anoche bajo la cama, se encuentra con un objeto inesperado, un cocodrilo. Ese cocodrilo que solo él puede ver, cambiará su vida pero, sobre todo, será un revulsivo que romperá con su aislamiento e incomunicación.

Mariasun Landa nos presenta de nuevo una situación emocional y psíquica conflictiva pero, a tráves de la parodia, del surrealismo, de la ironía y el humor, nos ofrece un final esperanzador. La incomunicación y la dificultad de expresar nuestros sentimientos (el amor, por ejemplo), temas tratados anteriormente por esa autora en obras como Julieta, Romeo y los ratones, dan lugar en esta ocasión a una situación depresiva, un callejón sin salida aparente, que la autora logra encarrilar en esta excelente obra literaria ganadora del Premio A. M. Labaien de este año.
- Manu López Gaseni, revista Behinola, 1999-2004 Esas bestias que nos quitan el sueño
Esta obra de Mariasun Landa ya venía con el abal del premio Labaien del año pasado, y recientemente ha ganado el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, y ha recibido la mención de honor en el premio Euskadi. Hablamos, por tanto, de una obra con una muy buena acogida.

En cuanto al argumento, nos cuenta los problemas del solitario protagonista J.J., desde la misma mañana en que al ir atrabajar se encontró con un cocodrilo come-zapatos debajo de su cama. Al igual que sucedía en La metamorfosis de Franz Kafka, al ser humano situado al borde del abismo, de la deshumanización le cuesta reconocerse a sí mismo, o bien, le cuesta aceptar que eso es él mismo. Los males del hombre de hoy pueden tomar muchos nombres: soledad, depresión, angustia..., pero todos ellos tienen una misma imagen en la narración de Landa: el cocodrilo. Parece que debemos aprender a convivir con él, por mucho que de vez en cuando se tome unas vacaciones; y aquél que busque consuelo debería saber que hay muchos cocodrilos que habitan bajo las camas de la ciudad.

Se trata de un tema que no es nuevo, y que ha recibido gran diversidad de tratamientos. Por citar una obra de éxito reciente, puede traerse a colación El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, la colección de casos clínicos de Oliver Sacks, o bien, dentro de la misma literatura infantil y juvenil, Con los pies en el aire, de Agustín Fernández Paz, una narración con muchas concomitancias con la de Landa.

El problema no tiene fácil cura, de no ser el recurso a soluciones que alivien la situación o hagan la vida más llevadera. Algunas de ellas son nuevas, y se las debemos a la ciencia, como el cocodrifil, el cocodritalidón y la cocodritamina. Pero otras tienen una larga tradición, al menos en la galería de personajes solitarios de la bibliografía de Landa: el cuco de Txan Fantasma denunciaba que era <>; Julieta finalmente sació su hambre con Romeo, y se olvidó de los ratones; incluso al final del largo periplo del insignificante Calcetín suicida apareció su dama; Marlene se enamoró perdidamente ¡y hasta la bruja testaruda se casó con el maestro Kirmen!

En Un cocodrilo bajo la cama se ofrece una solución idéntica: el amor como alivio de todo mal interior, comparar el cocodrilo de cada uno con el de alguien cercano, y compartir los cocodrilos. En ese aspecto, el libro tiene un final previsible, clásico, por decirlo así, que resta dramatismo a la narración:<>.

En cuanto a la forma de narración, la autora a prescindido de esos narradores en primera persona a los que había sacado tan buen partido en otras obras, para inclinarse a favor de un narrador en tercera persona que, por otra parte, era casi inevitable. La narración avanza así, sobre todo al principio, con frases cortas y un ritmo muy vivo. Por otra parte, se recurre con frecuencia a un humor paródico proveniente de la relación del protagonista con sus amigos y con el médico, además del que resulta de los textos de los prospectos.

Esta es, en definitiva, la primera obra vasca que recibe el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil. Enhorabuena.


Krokodiloa ohe azpian